lunes, 10 de febrero de 2014

EL NIDO ABANDONADO.

 









Ahora ya no anidan golondrinas,
en mi viejo balcón sin movimiento.
Pero sí anidan en mi pensamiento
que viaja con estrellas vespertinas.


Breve tiempo: tan rápido caminas,
que sin ningún normal razonamiento,
mi vida se acortó y de sentimiento,
se mojan y se empañan mis retinas.


Y como el Sol camina hacia el ocaso,
mi triste vida rauda se atardece
y poco a poco, frena el tardo paso.


Mi corazón enfermo no obedece
 y camina con lento y torpe paso;
y se aflige, solloza y se estremece.









GREGORD

MIEMBRO DEL BLOG  L'ALBADA



 



2 comentarios:

  1. ¡Muy bello soneto, amigo Gregorio¡, donde aunque no aniden golondrinas, sí dentro de ti, en el bello mundo del poeta., en la humilde vida donde el alma se templa en el dolor...

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  2. Gracias, Pedro. Por subirlo y comentarlo. La edad, aumenta la sensibilidad.

    Saludos.

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